En las clases teóricas de autoescuela se necesita un nuevo enfoque que incida más sobre la seguridad vial y sobre la responsabilidad que todos tenemos sobre ella.
En España aún se piensa que un buen conductor es el que va más rápido. Y aunque las estadísticas nos dicen que a pesar del descenso en el número de muertos, en lo que va de año se han reducido un 14% respecto al 2007, el tráfico sigue produciendo demasiadas tragedias.
Sólo en los dos últimos años en España han fallecido más de 5000 personas como víctimas de accidentes de tráfico y se han producido alrededor de 143000 heridos. Y detrás de cada una de esas víctimas mortales hay una media de 100 personas a las que les produce dolor.
Cada vez que una de esas tragedias se produce hay muchas miradas se vuelven hacia las autoescuelas. Por eso en ellas se debe informar sobre los accidentes, su gravedad, las tragedias que provocan y sus causas más frecuentes, que es lo que conocemos como Factores de Riesgo. Es importante que los alumnos conozcan las cifras de las conductas imprudentes ya que sabemos que la compasión por el dolor ajeno y el miedo por el dolor propio pueden servirnos de ayuda. Se trata de conmover por la tragedia.
También es necesario hablar de las normas y se debe insistir especialmente en la responsabilidad personal. En las autoescuelas se deben formar conductores responsables, que tomen decisiones inteligentes teniendo en cuenta las consecuencias que pueden tener sus acciones.
A fin de cuentas se trata de intentar salvar vidas y evitar dolor a través de la educación y la concienciación.
Fuente: Manuel Maceiras, vicepresidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas de A Coruña