Es casi inevitable, después de uno o dos años conduciendo, creemos que dominamos nuestro vehículo a la perfección y tenemos una falsa sensación de seguridad que nos llevan a abandonar los hábitos que nos enseñaron en la autoescuela y relajamos la atención al volante a niveles alarmantes sin ser conscientes del riesgo que corremos.
Aunque a algunos les cueste creerlo el exceso de confianza puede provocar graves accidentes, ya que al sentirnos falsamente seguros pasamos por alto los avisos.
Algunas imprudencias que cometemos por exceso de confianza:
- Entre las malas constumbres que vamos adquiriendo al sentirnos más seguros al volante se encuentran no respetar la distancia de seguridad, lo que suele estar asociado a los choques en cadena
- Otra de las malas constumbres es olvidarnos que tenemos que circular por el carril de la derecha y abusamos del carril de la izquierda en autovías y autopistas.
- Con el tiempo solemos dejar de respetar la prioridad de paso en las incorporaciones o en las salidas
- La confianza nos lleva a conducir con sólo una mano, un hábito muy peligroso ante imprevistos como un obstáculo en la calzada o un derrape.
- Nos olvidamos de utilizar los intermitentes para señalizar nuestros desplazamientos laterales.
- No miramos por los espejos retrovisores ni nos aseguramos de la posición del resto de usuarios de la vía antes de comenzar a maniobrar.
- Sucumbimos a distracciones al volante como fumar, comer, beber e incliso hablar por el móvil mientras conducimos.
Estas son sólo algunas de las imprudencias más habituales que adquirmos al creernos conductores expertos, pero la lista puede ser aún mucho mayor
