Conocer los neumáticos que calza tu vehículo es básico para tener una conducción segura. Por ello, desde hace algún tiempo la Dirección General de Tráfico incluyó en el examen práctico del carnet de conducir una prueba en la que será necesario “leer” los neumáticos, algo importante y que muchos usuarios veteranos desconocen.
Ahora es obligatorio conocer este cifrado del neumático para superar el examen, pero no conviene olvidarlo cuando poseamos coche propio. Tanto en las primeras ruedas que usemos como en posteriores recambios, una compra fiable, como la que ofrece https://www.giga-neumaticos.es/, nos reportará una seguridad duradera a precios realmente competitivos.
En las distintas cifras y letras que aparecen en el contorno de la rueda del coche podremos saber las dimensiones en milímetros, la relación altura/anchura, si es radial o diagonal, el diámetro de nuestra llanta, el índice de capacidad de carga, la velocidad que puede soportar, la esperanza de vida de la goma, la capacidad de frenada en suelo mojado, qué temperaturas puede resistir, tanto en invierno como en verano y, por supuesto, dónde se fabricó, la fecha y las distintas homologaciones de la Unión Europea.
Es decir, una cantidad enorme de datos que influyen de distinta forma a la hora de conducir y que si no se conocen pueden suponer un riesgo innecesario para la seguridad de conductor y acompañantes. Bastará con cinco minutos de nuestro tiempo para comprobarlos y asegurarnos de que el vehículo cuenta con plenas garantías para ponerse en marcha.
Límite de la capacidad de carga
Quizá las dimensiones del vehículo son más reconocibles y es difícil llegar a una equivocación en este caso. Sin embargo, más en esta época del año en la que se producen constantes desplazamientos para disfrutar de las vacaciones estivales, se pueden ver coches cargados de maletas y distintos objetos que podrían superar con creces el peso límite del automóvil. Esto puede suponer un desgaste muy elevado de la rueda e incluso un temido reventón que puede ser realmente peligroso a velocidades altas como las que se pueden alcanzar en las autovías.