La enseñanza de la conducción en España

Cómo funciona la enseñanza de la conducción en España

La forma de enseñanza de la conducción en España de vehículos a motor es un factor decisivo en el mejoramiento de la seguridad vial en el país.

De hecho, los poderes públicos han establecido normas específicas que procuren que este aprendizaje cumpla con los mejores estándares y garantías.

Si bien el medio más utilizado para aprender a conducir este tipo de vehículos son las escuelas particulares de conductores, más conocidas como “autoescuelas”, no son la única forma.

El asunto es que ningún alumno que quiera conducir, puede ser forzado a asistir a un centro privado para recibir enseñanza. Por ello se ofrecen tres alternativas.

Formas de impartir la enseñanza de la conducción en España

  • Aprendiendo en un centro o escuela oficial con instructores funcionarios públicos y con el pago de tasas.
  • En una escuela particular de conductores o autoescuelas.
  • Por sus propios medios.

En el Real Decreto Legislativo 339/1990, de 2 de marzo, Ley sobre tráfico, circulación de vehículos y seguridad vial, determina que la enseñanza de la teoría y la práctica necesaria para conducir. También fija que la actualización de conocimientos la podrán hacer los centros de formación privados u oficiales.

Cualquiera que sea el caso, todo centro de conducción ya sea oficial o privado, requiere de autorización previa para desarrollar su actividad en todo el territorio nacional.

El Reglamento General de Conductores establece que la enseñanza de la conducción se realizará en escuelas de conductores autorizadas según la normativa vigente.

Este requisito es de obligatorio cumplimiento para poder presentar las pruebas de comportamiento en vías de tráfico general y aptitudes. Estas son necesarias para obtener el permiso de conducción.

En España, al no tener actualmente centros oficiales, solo Escuelas y organismos militares, las Direcciones Generales de la Policía y la Guardia Civil, son los facultados para expedir permisos de conducción. Posteriormente estos pueden ser canjeables por los ordinarios.

En estos casos sólo quedan dos opciones para aprender. Una hacerlo de forma libre por los propios medios o a través de una escuela particular o autoescuela.

Cualquiera que sea el caso, lo importante es poder instruirse de forma consciente y responsable, pues de ello depende la seguridad vial del aprendiz.

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