No es la primera vez que decimos lo peligrosas que resultan las distracciones al volante, pero no todas las distracciones están consideradas de la misma manera aunque el riesgo sea el mismo.
Por ejemplo, hablar por el móvil mientras conducimos está prohibido, pero sin embargo utilizar el manos libres para hablar por el móvil mientras conducimos no sólo no está prohibido sino que además está bien visto por la sociedad. Sin embargo, un estudio realizado por la Universidad de Utah demuestra que es tan peligroso conducir hablando por el móvil como utilizando el manos libres y que de ambas formas incrementamos el riesgo de vernos involucrados en un accidente.
Hablar por el móvil, independientemente de que se use el manos libres o no, genera imágenes mentales que interfieren en los procesos cognitivos asociados a la conducción. Por lo que el problema no está en la mano que sujeta el teléfono, sino en el cerebro.
Para realizar el estudio el Dr Strayer, director del estudio, y su equipo utilizaron simuladores de conducción y pidieron a los 96 participantes que condujeran en diferentes situaciones como hablando por el móvil, utilizando el manos libres, conversando con el copiloto o incluso habiendo ingerido una cantidad de alcohol suficiente como para ser multados. También se les pidió que realizaran tareas sencillas como circular por autopista unos kilómetros y encontrar una determinada salida o conducir por un trayecto urbano cambiando de carril, respetando semáforos y prestando atención a los peatones.
El estudio demostró que las conversaciones telefónicas distraen mucho más que hablar con un acompañante en el coche o escuchar la radio o un audio libro mientras se conduce.
Casi la totalidad de los conductores que iban hablando con un acompañante encontraron la salida que buscaban, además en este caso el copiloto servía de ayuda para encontrar la salida, mientras que de los conductores que hablaban por teléfono sólo la mitad fueron capaces de encontrarla.
Fuente: The New York Times (artículo en inglés)