Mucho hemos hablado sobre las rotondas, y es que parece que los españoles no sabemos circular por ellas.
La mayoría de los percances de tráfico en as ciudades ocurren en las rotondas, pero esto no es así en todos los lugares. En el municipio de Amorebieta, en Vizcaya las rotondas parece que están teniendo un buen resultado para la seguridad vial.
Hace ya 10 años, en el año 2000, en Amorerieta se decidió sustituir todos los semáforos por rotondas, badenes y señales de “ceda el paso”, con esta medida revolucionaria se ha conseguido reducir los accidentes de tráfico en el municipio en un 80%, y los accidentes que se producen no se dan en las glorietas, según explica Josu Almazán, jefe de la policía local “Sigue habiendo atropellos, golpes, pero la mayoría de las veces se producen por salidas de coches estacionados”.
A pesar de esta experiencia tan positiva del municipio vizcaino Mario Arnaldo, presidente de la Asociación de Automovilistas Europeos (AEA), opina que no es bueno dejarse llevar por las modas y abusar de las rotondas “Las rotondas se han utilizado muchísimo como ungüento de fierabrás, pero no son eficaces en todas las intersecciones. En primer lugar, tienen que estar correctamente señalizadas. Y su utilidad depende del volumen de tráfico. Si es alto, no suelen ser adecuadas. Donde confluyan carreteras con flujos de tráfico muy distintos, un distribuidor tipo glorieta no es adecuado, porque al final no llega a repartir correctamente el tráfico”.
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