La Dirección General de Tráfico del Gobierno Vasco ha patrocinado un proyecto de investigación, en colaboración de la Federación de Asociaciones de Daño Cerebral de Euskadi (FEATECE), para estudiar el efecto del deterioro cognitivo de las personas con daño cerebral adquirido en su capacidad de conducción.
Los resultados de este estudio, llevado a cabo por neuropsicólogo y profesor de la Universidad de Oviedo, Igor Bombín, y coordinado por Prometeo Innovations, indican que el 40% de las personas afectadas por daño cerebral adquirido no son apatas para conducir, a pesar de que la mayor parte de las personas evaluadas como no aptas estimaba que sí lo estaban y 16 por ciento manifestaba que conducía de forma habitual.
Según este estudio las alteraciones cognitivas pueden limitar la capacidad de conducción de una persona con plenas facultades físicas y visoperceptivas, y fijan las bases para diseñar un protocolo de evaluación “fiable”.
Para llevar a cabo este estudio se contó con la participación de 60 voluntarios, a los que se les realizó 3 evaluaciones diferentes:
- La primera consistía en una prueba de conducción en un simulador para evaluar las posibles alteraciones cognitivas que afectan a la capacidad de atención, velocidad de procesamiento de la información, control ejecutivo y multitarea.
- Se les realizó una valoración neuropsicológica sobre sus habilidades cognitivas relacionadas con la conducción eficaz
- La tercera evaluación consistía en una prueba de conducción real en un vehículo de doble mando, con la colaboración de un profesor de autoescuela.
Las pruebas neuropsicológicas demostraron que las personas con DCA no aptas para la conducción presentan un mayor grado de afectación cognitiva en áreas como velocidad de procesamiento, atención y memoria. En el simulador se comprobaron diferencias significativas entre aptos y no aptos al menos en cuatro variables relacionadas con la eficiencia en la conducción y la adopción de medidas arriesgadas.
La selección en las pruebas y el simulador ha permitido diseñar un modelo de clasificación, según cinco variables procedentes de ambas valoraciones, se puede clasificar a un sujeto con una fiabilidad del 75,6%.