Ayer, 7 de abril, se celebró el Día Mundial de la Salud, que este año ha estado dedicado a los enfermos de diabetes. En el año 2008, alrededor de 347 millones de personas en todo el mundo tenían diabetes, una enfermedad que va en aumento. De hecho, en el año 2012, fue la causa directa de unos 1,5 millones de defunciones.
Por eso, la Dirección General de Tráfico publicó en su web diversos consejos para conductores diabéticos:
- Realiza controles de glucemia antes de iniciar el viaje. No conduzcas si tus niveles de glucosa son demasiado bajos. Puedes consultar con tu médico cuál es el nivel de glucemia seguro para conducir.
- Aprende a conocer los síntomas de hipoglucemia y evita las circunstancias que la producen. Por ejemplo, respeta los horarios de comida, descanso y medicación.
- Lleva en el coche alimentos ricos en hidratos de carbono como caramelos, zumo de fruta o galletas.
- Protege la medicación del frío y del calor en los viajes.
- Extrema la precaución al conducir si te han cambiado la dosis del medicamento o el tratamiento.
Diabetes y conducción
Se sabe que algunas personas con ciertas patologías poseen un mayor riesgo de accidente y existe acuerdo en que la evaluación de las condiciones psicofísicas del conductor se debe realizar de forma individual.
La diabetes es una patología muy frecuente e importante, ya que en determinadas circunstancias puede interferir con la conducción segura:
- La hipoglucemia y en particular las hipoglucemias graves.
- Las alteraciones en la visión: retinopatía, cataratas, etc, que deterioran la visión optima que deben tener los conductores.
- Las alteraciones neuropáticas que afectan a la movilidad y sensibilidad de los pies y pueden alterar el manejo del freno, embrague o acelerador.
En general, se cree que los diabéticos de tipo I suelen tener mayor riesgo de accidente que los de tipo II; otros estudios han encontrado que el riesgo es mayor cuando el conductor tiene dificultades para detectar las situaciones de hipoglucemia y las colisiones de tráfico.
Causas y síntomas de la diabetes
La diabetes es una enfermedad crónica que se produce cuando el páncreas no produce suficiente insulina, o cuando el cuerpo no puede utilizar eficazmente la insulina que produce. La insulina, una hormona que regula el azúcar en la sangre, nos aporta la energía necesaria para vivir. Si no puede llegar a las células para convertirse en energía, el azúcar se acumula en la sangre hasta alcanzar niveles perjudiciales.
Diabetes tipo I y tipo II
Existen dos formas principales de diabetes. Las personas con diabetes de tipo I generalmente no producen insulina, por lo que necesitan inyecciones de insulina para sobrevivir. Las personas con diabetes de tipo II, que representan el 90% de los casos, suelen producir su propia insulina, pero la cantidad es insuficiente o no la pueden utilizar apropiadamente; por lo general tienen sobrepeso y son sedentarias, dos circunstancias que aumentan sus necesidades de insulina.
Con el tiempo, la hiperglucemia puede poner en peligro a todos los órganos principales del cuerpo y provocar ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, neuropatías, insuficiencia renal, ceguera, impotencia e infecciones que pueden necesitar amputación.