Ayer se celebró el Día Mundial en Recuerdo de las víctimas de accidentes de tráfico, acto que se viene realizando el tercer domingo de noviembre desde el año 2005 con el fin de dar el reconocimiento a las víctimas de accidentes y a la difícil situación de los familiares, que se enfrentan a las consecuencias emocionales y prácticas de estas tragedias.
Según los datos de la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, cada día casi 1,3 millones de personas pierden la vida como consecuencia de accidentes de tráfico en todo el mundo, lo que supone que más de 3.000 personas mueren a diario en las carreteras y 50 millones resultan heridas.
Estas cifras son tan altas que pocas veces nos paramos a pensar que detrás de esos números realmente hay personas con familias y amigos a los que les cambia drásticamente la vida. Sólo en España durante el año pasado fallecieron 3.082 personas y 16.500 sufrieron heridas de gravedad, lo que ha supuesto el sufrimiento de casi 20.000 familias a las que les ha cambiado la vida de uno u otro modo.
Por eso con este día además de hacer un reconocimiento a la pérdida y el sufrimiento de las víctimas y el impacto en sus comunidades y países también se reclama una acción global para acabar con estos accidentes.
No podemos olvidar que los accidentes son la primera causa de muerte entre los jóvenes de entre 15 y 29 años y la segunda causa en niños de 5 a 14 años. No podemos seguir permitiendo tanto sufrimiento, todos debemos colaborar para acabar con las muertes en la carretera.
