Las lluvias del verano se pueden convertir en un peligro para la seguridad vial, ya que en cuestión de minutos pueden provocar fuertes barranqueras e inundaciones que nos pueden hacer perder el control de nuestro vehículo.
Según advierten desde la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE), “Con agua, el asfalto se vuelve resbaladizo y peligroso, y hay que tener en cuenta que la seguridad propia y la de los demás es lo primero”.
Algunos consejos de la CNAE ante las lluvias del verano:
- Nos debemos alejar rápidamente de los lugares de paso de las corrientes de agua y de los puntos pontecialmente inundables. Además no debemos cruzar por estas zonas de agua al menos de que tengamos la total seguridad de que no tiene mucha profundidad.
- Con sólo atravesar una zona con 7 cm de profundidad el motor del vehículo que la intenta atravesar se parará, si llega a los 30 comenzará a flotar y en caso de que se alcancen los 60 cm el vehículo será arrastrado por la corriente.
- Debemos prestar atención a las piedras o a las ramas de los árboles que se hayan podido desprender y tener especial cuidado con las zonas de la vía que puedan ceder por el debilitamiento del suelo y se pueden derrumbar por el peso de nuestro vehículo.