El pasado 12 de febrero, sobre las 8:30, un coche de bomberos de Consorcio Provincial de Valencia, entidad dependiente de la Diputación, se dirigía a atender un siniestro por la A-3, pero en la A-3 se encuentra un radar fijo que interceptó al vehículo que estaba acudiendo a una emergencia.
Hasta el siniestro que fue a atender nuestro coche de bomberos se desplazaron un total de 5 unidades de bomberos, todas coordinadas por Juan Muñoz el sargento de bomberos que conducía el vehículo que interceptó el radar y que fue multado por exceso de velocidad, el limite permitido era de 100 km/h y el sargento circulaba a 122 km/h.
Juan Muñoz explica “Cuando vamos a un servicio, queremos llegar lo antes posible” a lo que agregó “eso no quiere decir que vayamos de cualquier manera”. “Sin precaución, se puede originar un siniestro más grave del que vas a atender”, pero no podemos olvidar que una rápida llegada al lugar del siniestro de los servicios de emergencia puede marcar la diferencia entre la vida o la muerte para quien ha sufrido el siniestro o puede reducir significativamente la gravedad de las lesiones.
En el momento en el que el radar “pilló” al coche de bomberos este circulaba con las señales luminosas y las sirenas conectadas y su conductor indica “Nos saltamos algunas normas de circulación, como siempre que acudimos a un servicio urgente”, “siempre con precaución”. “A veces coincidimos en la carretera ambulancias, bomberos y unidades de la Guardia Civil. Y nos saltamos la normativa si no hay más remedio”.
Pero… cuáles deben ser los límites de los vehículos de emergencias, qué es lo que debe primar, respetar la velocidad de la vía o excederla para llegar a tiempo a un siniestro. No olvidemos que en ocasiones los vehículos de emergencias ponen en peligro al resto de usuarios de la vía y se han visto implicados en accidentes que han causado la muerte de ocupantes de otros vehículos, pero sin embargo salvan muchas vidas al llegar pronto a los siniestros.
¿Tú qué opinas?, ¿se mercía o no la multa el sargento de bomberos?
Fuente: Las Provincias
