En España hay aproximadamente 25 millones de permisos de conducir en vigor, de los que la mayoría, el 68%, corresponden al permiso B, además cada año aparecen unos 800.000 nuevos conductoes de coche, que sobre todo son jóvenes entre los 18 y los 22 años, aunque la crisis actual ha hecho que durante el último año sean menos los jóvenes que se animen a sacar el permiso de conducir o en caso de que se animen a obtener el carné de conducir se vean obligados a esperar a poder hacer las prácticas por no tener el suficiente dinero como para poder costearlas.
Hace poco comentábamos que una de las consecuencias que la crisis ha dejado entre los aspirantes a conductores es que aumente el número de suspensos en el examen de conducir, los jóvenes que quieren obtener el permiso de conducir se precipitan a presentarse al examen por lo que, aunque consigan aprobar, no están lo suficientemente preparados, lo que a su vez provoca que la siniestralidad entre los conductores noveles aumente de forma preocupante.
Según explica José Miguel Báez, presidente de la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE), durante los primeros meses la siniestralidad de los nuevos conductores es muy leve, tanto en el caso de los hombres como en el de las mujeres, pero a los pocos meses, a los 6 meses aproximadamente, los hombres comienzan a cometer infracciones graves y se empiezan a ver involucrados en accidentes más peligrosos.
Esto ha motivado que este grupo de conductores, junto con el de conductores extranjeros que validan su permiso en España, se consideren un grupo de riesgo.
En ambos casos la exclusión estos grupos se puede conseguir, en el caso de los conductores noveles es imprescindible concienciarles de la importancia de una correcta formación no sólo sobre el manejo del vehículo sino también sobre seguridad vial, y en el caso de los conductores extranjeros unificando el criterio, que debe ser exigente, en la homologación del permiso de conducir.
Fuente: Cadena Ser
