Las alergias afectan hasta a un tercio de la población de los países occidentales y muchos de los antihistamínicos tomados para tratarlas provocan somnolencia, peligrosa para la conducción. La Dirección General de Tráfico ha lanzado una serie de consejos para aquellas personas que sufran alergia y vayan a conducir, así como una relación de los medicamentos que provocan somnolencia y que son peligrosos si vamos a ponernos al volante.
La alergia es una reacción de hipersensibilidad del sistema inmunitario que identifica como nocivas determinadas sustancias inocuas –por ejemplo, pólenes de algunas plantas o ácaros del polvo– habitualmente toleradas por la mayoría de las personas. Las alergias más frecuentes son la rinitis alérgica, que afecta al 25-30% de la población de los países desarrollados; el asma alérgica, que afecta al 5% de la población adulta; urticaria; dermatitis atópica; dermatitis alérgica de contacto y alergia alimentaria.
La rinitis y el asma, la más comunes, provocan estornudos, secreción nasal acuosa, picor de nariz y congestión nasal y suele coexistir con la conjuntivitis, que cursa con enrojecimiento, lagrimeo y picor ocular. Estas alergias afectan a la conducción segura ya que, por ejemplo, una serie de estornudos nos hace retirar la atención de la conducción hasta 20 o 30 segundos. Por otro lado, los medicamentos que tomamos para tratar las alergias producen somnolencia. El 40% de los pacientes que padecen rinitis alérgica padecen somnolencia diurna, con las consecuencias negativas que esto implica sobre la conducción.
Consejos de la Dirección General de Tráfico: