En la mayoría de casos del examen práctico para obtener el carnet de conducir basta con indicar dónde está situado el depósito del aceite y la varilla para su medición si el examinador lo pregunta antes de iniciar la marcha. Sin embargo, cuando se posea un vehículo propio, el conocimiento de las funciones del aceite, del tipo que se debe usar en cada caso, debe ser más completo.
El aceite de motor cumple diversas tareas, todas ellas vitales para un correcto funcionamiento del vehículo. Mediante la lubricación, permite que las piezas no sufran un roce tan severo y así evitar un desgaste rápido. También es importante a la hora de mantener la temperatura del motor adecuada, creando un sellado entre los pistones y los anillos para mantener la compresión del propio motor y limpia los residuos de carbón que se producen en la combustión.
Un trabajo básico en el corazón de cada utilitario que los usuarios deben vigilar durante su uso y recambio, cuando ya no mantenga las mejores condiciones.
Reciclaje del aceite
Cada vez tiene más importancia en nuestro día a día el cuidado del medio ambiente. El uso de productos menos contaminantes se hace indispensable para cuidar el mundo que nos rodea y el aceite de nuestro vehículo es un líquido que puede crear graves problemas si se arroja en cualquier lugar.
Aunque existen contenedores de aceites industriales donde depositarlo, es cierto que no todas las localidades cuentan con uno. En caso de no poder reciclar por cuenta propia, existe una compañía, el Sistema Integrado de Gestión de Aceites Usados, SIGAUS, que sin ánimo de lucro, se encarga de recoger los aceites y tratarlos para su correcta reutilización. Cada vez es más alto el porcentaje de aceites de motor que pueden ser reciclados.
Existe una ley en España que obliga a las compañías de lubricantes a financiar esta compañía, a la que deben aportar seis céntimos por cada litro vendido. Para que SIGAUS se haga cargo de nuestro aceite usado, basta con llevarlo a un taller, compañía o desguace que trabaje con ellos.