La niebla es una de las enemigas de la conducción responsable debido a que disminuye la visión, crea un mayor riesgo de accidentes y hace que la concentración así como la profundidad de campo visual disminuya. Habrá mucho tipos de niebla, entre ellas la niebla clara y la espesa, algunas de ellas más caídas hacia tierra, siendo ésta la más peligrosa, ya que no se podrá delimitar el borde de la carretera.
Normalmente la niebla suele aparecer en los días más fríos de invierno debido a la condensación de gases en la atmósfera, así como en algunas mañanas del verano, sobre todo en regiones húmedas que obtienen una propensión a la lluvia y a los días menos luminosos. Es más peligrosa, sobre todo en aquellas carreteras de montaña, en las que haya diversas curvas que hagan peligrar la estabilidad de la conducción y el agarre en carretera. Para que puedas circular con la máxima seguridad posible será necesario que revises el estado de las ruedas, así como el cambio de aceite, además de que mantengas un estado perfecto del motor revisándolo previamente.
Ante la aparición de la niebla, deberás mantener unas técnicas adecuadas que te permitirán conducir seguramente sin hacer peligrar tu salud. Primero deberás conducir a una velocidad estable, manteniendo un ritmo de circulación estable en el que no tendrás que frenar ni acelerar bruscamente. Tambien podrás encender las luces delanteras, ya que te permitirán obtener un mayor grado de visibilidad, ante las posibles inclemencias del tiempo, te ayudará a ti y a los otros miembros de la carretera. Otro de los consejos efectivos será el de activar el aire acondicionado ya que ayudará a que no hubiera un empañamiento destacado de los cristales delanteros, este truco será igualmente efectivo cuando hay lluvias fuertes e incluso tormentas con fuertes vientos y lluvias intensas.
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