¡¡NOVEDAD!! SIMULADOR DE CONDUCCIÓN PARA ESCUELAS DE MANEJO. Infórmate sin compromiso enviando un correo electrónico a info@drivesimsimulator.com


Si bien es cierto que la calidad de los instructores, la disponibilidad de los autos doble comando y la práctica propiamente dicha marcan el perfil de una empresa, una buena escuela de conducción debe ofrecer además un buen salón para el desarrollo de las clases teóricas.

Es cierto que la conjunción de lo expuesto anteriormente no debe faltar, pero muchas veces el espacio físico para la educación teórica no suele revestir importancia para los dueños o apoderados de la academia. Pero existe una gran realidad. Muchos de los futuros alumnos ingresan a las oficinas para recavar información acerca de los cursos de manejo y es muy importante que se lleven una positiva primera impresión de las instalaciones.

La instrucción en el aula debe tratar de ser lo más gráfica posible, planteando la posibilidad de visualizar videos, compartir experienciasgráficos de señales de tránsito y demás elementos que se crean necesarios. Las maquetas, pese a ser anticuadas para muchos, suelen ser muy útiles gracias a la posibilidad demostrar y explicar con las aclaraciones necesarias las diferentes situaciones que pueden ocurrir durante la conducción de un vehículo.

Generalmente los simuladores de conducción son softwares de computadora, en el que el aprendizaje apunta a explorar, descubrir y tomar decisiones en el momento justo. Los ambientes son  creados para recrear situaciones en las que los estudiantes adquieren aprendizaje y conocimiento a partir de una simulación. El objetivo es enfrentar al alumno con diferentes situaciones que se suceden en el mundo virtual, pero que en algún momento deberán concretar en un ambiente y situaciones reales de manejo.

El costo de adquirir un buen simulador, en el caso de que aún no se tenga, es elevado. Pero no deja de ser una gran inversión debido a la gigantesca ventaja que se saca ante la competencia, lo que se traduce en mayor cantidad de alumnos, mejor experiencia para éstos, más recomendaciones de boca en boca y, en definitiva, mayor grado de rentabilidad del negocio.


A través del principal referente del Ministerio de Transportes y Comunicaciones, Enrique Cornejo, el gobierno peruano manifestó su intención de mantener vigente el monto referido a las multas expedidas para conductores que infrinjan las leyes de tránsito actuales. Igualmente,  vale la pena recordar que el nuevo Código de Tránsito entrará en vigencia a partir del 21 de julio de 2011.

Este es un tema de larga data y discusión en Perú, pero de acuerdo a diferentes encuestas desarrolladas, el 90% de los peruanos habilitados para manejar están de acuerdo con los aumentos que propone el nuevo código.

La principal intención a través de estas medidas es la de cambiar la mentalidad de los peruanos en relación al tránsito y la seguridad vial. Fundamentalmente la idea es generar conciencia de que toda infracción, ya sea de índole mayor o menor, debe ser tomada de manera seria y recibir, en consecuencia, el pertinente castigo.

Por su parte,  la División de Policía de Tránsito de Perú está a cargo de realizar tareas pertinentes al orden y al control del tránsito. Entre esas tareas se encuentra la de garantizar la libre circulación de los vehículos, la prevención de accidentes y participar en el aporte de ideas para resolver problemas de tránsito y seguridad vial. El organismo también  se encarga de realizar Operativos de Control selectivo contra infractores al Reglamento Nacional de Tránsito y normas conexas, imponiéndoseles las PITs (Papeletas por Infracción de Tránsito) de conformidad a la escala de multas en vigencia.

Enrique Cornejo también brindó detalles en relación al ordenamiento en la Carretera Central del tránsito de Perú. Como primera medida, se establece que los días feriados y fines de semana dicha carretera ser{a mano en sentido Lima a Chosica de 07:00 a 13:00 hs. y en circulación contraria de 14:00 a 19:00, respetándose siempre un solo sentido durante los horarios mencionados con anterioridad.

 


Ya en el año 2010, se observó una baja en el número de personas fallecidas en accidentes de tránsito en Colombia, gracias a la campaña pedagógica “Inteligencia Vial”. Así, por ejemplo, en ciudades como Barranquilla las cifras de accidentabilidad bajaron un 32%, en Cartagena un 27% y en Medellín un 3%.

            La campaña Inteligencia Vial se planificó buscando consolidar una nueva forma de vivir en las calles y vías de Colombia, tratando de desarrollar y potenciar la sabiduría que todos tenemos con respecto a la Seguridad Vial.

            El Fondo de Prevención Vial, a raíz de esta campaña, puso en circulación una encuesta en la cual indagaba sobre las excusas más frecuentes entre los colombianos para justificar su mal comportamiento en las vías. Como resultado de esta encuesta, se pudo deducir que un 22,6% declaró que lo hace por afán; el 11,8% por pereza y el 10,9 por despiste.

            Por otra parte, si bien el 95% de los colombianos estuvo en contacto con la campaña “Inteligencia Vial” a través de la difusión en los diversos medios de comunicación; sólo el 65% de los encuestados dijo haber evidenciado un cambio positivo en la conducta de los demás en las vías.  

            En el año 2011, se redujo un 10,7% la tasa de accidentabilidad producida por la ingesta de alcohol. Por ejemplo, en los meses de enero y febrero del año 2010 se habían reportado 112 accidentes de tránsito; ya en el 2011 -en los mismos meses- se registró 101 accidentes.

            Esto se debe a operativos montados en distintos puntos de las ciudades cuyos mensajes de prevención son muy claros: entrega las llaves; deja el auto en un estacionamiento; toma un taxi; celebra bien y vuelve seguro a casa. El lema de esta campaña es: “Para, Piensa y Pon de tu Parte”.


Los accidentes de tránsito no sólo implican muertos y heridos, sino que también significan altos costos económicos para las regiones y los países. Así, según el Banco Mundial en el año 2009, el gasto anual de las lesiones por accidentes de tránsito ascendía al 1% del Producto Interno Bruto en los países de ingreso bajo y al 1,5% en los de renta media.

Hoy en día, el costo económico producido por los siniestros viales y las lesiones derivadas de ellos, se estima entre el 1% y el 3% del Producto Interno Bruto. Estos gastos comprenden áreas como salud, seguros, pensiones, logística, pérdida de productividad, entre otros.

Por su parte, durante los cuatro primeros meses de 2010, en la provincia de Buenos Aires, se produjeron 432 accidentes viales en rutas que le implicaron a la provincia un costo global de $14.089.320. Para ser más gráficos, un traumatizado grave obliga a una inversión de $75.000, y uno leve a $1.000.

Si bien, ya en el año 2010 la cantidad de accidentes en ruta disminuyeron un 21,6% en comparación con el del año 2009, la provincia sigue trabajando en el asunto apelando a un cambio de cultura que implica la utilización responsable del cinturón de seguridad, del casco, los controles de alcoholemia, entre otras políticas de seguridad vial.

A todos los gastos post accidente, se deben sumar los gastos que se realizan en relación al accionar de la Policía de Seguridad Vial. Si una colisión vial, a parte de la presencia de policías, implica también la presencia de bomberos, personal de la dirección Vial, personal técnico en el caso de derrames de sustancias peligrosas, trabajos especializados o maquinaria específica los gastos aumentan exponencialmente.

Por ejemplo, se estima que cada accidentes entre personal policial, traslado de vehículos, realización de los peritajes del caso e instrucción de los sumarios policiales pertinentes obliga a la provincia a desembolsar $2.182.


La Organización Panamericana de la Salud (OPS), recientemente  dejó en claro que el problema de los accidentes de tránsito en América Latina y el Caribe debe atenderse con carácter de prioritario ya que no han habido avances significativos en los últimos diez años. En general,  son pocos los países que han mostrado avances en esta materia. Y de acuerdo a las estadísticas más de un millón de personas mueren al año en todo el mundo, pero en América Latina esta  cifra es  el doble, así que estamos frente a una situación de alta gravedad.

Sólo por citar algunos ejemplos: en Uruguay la tasa de mortalidad en accidentes de tránsito por cada 100,000 habitantes es de 4.3 y en México la cifra se dispara a 20 por cada 100,000. Del lado opuesto, en Estados Unidos y su vecino Canadá las muertes en accidentes de tránsito han venido a menos en el mismo lapso de tiempo, prueba de que allá se han puesto a trabajar en serio.

¿Motivos del incremento de los accidentes?

Varios, entre los que podemos citar: normas básicas de seguridad como el uso de cinturones de seguridad, casco, nula cultura vial, imprudencia de conductores y peatones, divergencias en la legislación vigente, sin olvidar la falta de planeación de las autoridades en las áreas de transporte o tránsito.

Según las OPS, se podrían solucionar muchos de estos problemas adoptando leyes integrales y más eficientes donde se contemplen penas más severas a las personas imprudentes que conduzcan en estado alcoholizado por ejemplo.

También sería interesante y muy útil que cada gobierno realice campañas constantes de concientización sobre seguridad vial.

Finalmente y en palabras de la OPS sería muy recomendable que cada país contara con un sistema más eficiente de recopilación de datos sobre accidentes de tránsito. Esto sería especialmente útil para poder evaluar en qué rubros se tiene que trabajar más. Desafortunadamente  es una tarea titánica porque muchos países carecen de información detallada sobre accidentes de tránsito.