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Son  ampliamente conocidos por todos, los efectos que producen el alcohol y las drogas ilegales  sobre el conductor. Se sabe que su ingesta ocasiona un retraso en el tiempo de reacción al volante subiendo así la incidencia de algún accidente. Pero, la gran mayoría de las personas desconoce que aquellos medicamentos en apariencia  “inofensivos” y que, con frecuencia pueden ser ingeridos diariamente,  podrían tener los mismos efectos que los primeros.

Medicamentos peligrosos

Algunos de los fármacos más peligrosos a la hora de conducir son entre otros: Los antidepresivos, los ansiolíticos y tranquilizantes, todos de uso controlado y recetados por un médico. Asimismo, se recomienda control estricto en el uso de colirios y otras medicinas oftálmicas así como también la inspección sobre la utilización de medicamentos preventivos de la hipertensión, reumatismo, antihistamínicos, vasodilatadores cerebrales y gotas nasales. Todos ellos pueden generar efectos adversos; ya sea por el medicamento en sí o porque ingerimos más de uno y puede que interfieran entre sí.

Los efectos

En general los efectos difieren en intensidad según el paciente, pero los más  habituales son: sedantes (disminución de la alerta y la capacidad psico-motriz, sueño intenso), problemas auditivos (generalmente se traduce en zumbidos), vértigo y  dificultades visuales (visión borrosa); también son comunes la mala coordinación neuromuscular, la disminución de los reflejos y el letargo generalizado. En presencia de alcohol los fármacos podrían potenciarse entre sí produciendo efectos mucho más notorios que los que tendríamos en forma aislada.

Por eso, es importante antes de emprender un viaje en el que debas conducir, siempre leer el prospecto que viene adjunto al medicamento. Procura averiguar de qué manera reacciona tu cuerpo ante la ingesta del mismo de forma previa a la conducción y para ello, deberás observar cómo influye en tus reflejos, capacidad de concentración y si te  produce somnolencia significativa.

Por eso, si estás en tratamiento con fármacos, intenta no conducir; por tu propia vida y la de los demás.

 


Las  luces de corto alcance, también conocidas como luces de cruce, son aquellas que se utilizan durante la noche para iluminar el camino a una distancia de aproximadamente 40 metros por delante. Asimismo, se emplean en pasos interiores donde no llega la luz, aparcamientos y túneles. Ayudan, de esta forma a visualizar mejor el tráfico sin encandilar a quienes circulan en sentido contrario.

Obligatoriedad legal

En muchos países de América Latina ya son de uso obligatorio durante el día en sitios especiales como carreteras o autovías. La razón de esta medida radica particularmente  en que estadísticas mundiales indican que la utilización de las luces de cruce podría reducir en un 5% la cantidad de accidentes de tránsito a nivel continental.

Ventajas y desventajas

Mediante su uso podremos verificar algunos pros y contras.

Ventajas: Permiten vislumbrar vehículos a grandes distancias con mayor facilidad, sobre todo en circunstancias climáticas adversas como ser la neblina o la lluvia y además, ayudan a visualizar ciclistas y motoristas de manera bastante clara.

Asimismo, es bueno  recordar siempre que su uso beneficia nuestra visión en épocas invernales, cuando las luces diurnas son mucho menores que en verano, afectando la visibilidad general. Por último, permiten  calcular mejor la distancia y velocidad de los automóviles que se aproximan en dirección contraria a la nuestra.

Desventajas: En primer lugar, se dice que aumentan el consumo de combustible y que se gastaría ligeramente  más en bombillas, algo insignificante si de vidas humanas hablamos.

Más allá de esta observación sin importancia, debemos tener en cuenta potenciales problemas que podrían causarnos al circular, como ser por ejemplo el deslumbramiento al vehículo que las reciba (siempre y cuando estemos hablando de luces con intensidad relativamente alta) y el camuflaje de un vehículo entre otros que lleven las luces encendidas también.

Por eso, más allá de la obligatoriedad legal, es importante a hacer buen uso de las luces de cruce abogando así  por nuestra propia seguridad a la hora de conducir.

 


 

Creemos que los cursos de conducción de motocicletas en circuito son de gran ayuda, tanto para al aprendiz como para el instructor. El nuevo conductor va a tener la oportunidad de aprender, de corregir y pulir defectos en lugares que cuentan con altas condiciones de seguridad.

Ventajas de estos cursos

También le pueden servir para conocer los límites, tanto los propios como conductor, como los de su vehículo. Y al mismo tiempo podrá tener la oportunidad de poner en práctica inmediatamente los consejos que seguramente les demos los docentes a cargo del curso.
Sin embargo, lo que se pueda aprender en el circuito no siempre se puede utilizar para el día a día del conductor.

Si el estudiante es novato absoluto, seguramente necesitará varias incursiones en circuitos y varias sesiones de práctica en carretera en las que los instructores vamos a ir poniendo en práctica poco a poco todo lo que le vayamos enseñando.

El período de adaptación del nuevo conductor

Es necesario un período de adaptación para que el nuevo conductor se acostumbre a utilizar en la calle el régimen de referencias, las aceleraciones y frenadas que podamos mostrarle en el circuito de aprendizaje.
Un complemento ideal al circuito podría ser la práctica en una calle o carretera real cerrada o con poco tránsito.

Allí podremos poner en práctica lo visto en la teoría y en el circuito pero en una calle real, donde se pueden valorar correctamente varias de las cosas esenciales que se deben saber: mirar a lo lejos, anticipar las curvas, colocar el cuerpo y la moto para las frenadas, engranar las marchas correctamente, no forzar los neumáticos, no echarse hacia el carril contrario en las curvas hacia la izquierda y varias prácticas más.

Consideramos que la conducción en circuitos combinada con una práctica real en calles y carreteras es una magnifica forma de conseguir conductores cada vez más seguros y una buena manera de enseñar.

No estamos hablando de grandes presupuestos ni inversiones, simplemente hay que ordenar algunos recursos ya existentes en cualquier sociedad y ponerlos al servicio de todos.

Porque en definitiva un conductor seguro y eficiente es muy beneficioso no sólo para sí mismo, sino para toda la circulación vial.


Como ya hemos indicado en la entrega anterior, si la instalación y operación de los semáforos es la correcta, estos podrán aportar diversas ventajas. Un semáforo o un conjunto de ellos funcionando perfectamente nos otorgará los siguientes beneficios:

Ventajas

1)      Ordena la circulación del tránsito vehicular y peatonal y mediante una asignación apropiada, indica el derecho al uso de la intersección.

2)      Reduce la frecuencia de ciertos accidentes de tránsito perfectamente evitables si conductores y peatones cumplen las señales establecidas.

3)      Permiten la interrupción periódica de los volúmenes de tránsito intensivos de una arteria en particular, concediendo el paso ordenado de los vehículos.

4)      Con espaciamientos favorables es posible sincronizarlos para mantener una circulación constante, fluida y ordenada.

Desventajas

Sin embargo, un cálculo o instalación incorrecta de este importante señalizador, traerá aparejados una seguidilla de inconvenientes que es mejor tratar de evitar.

1)      Causan demoras injustificadas e innecesarias a cierto número de usuarios, especialmente en horas determinadas y en arterias de escaso volumen vehicular.

2)      Aumentan la frecuencia o gravedad de ciertos accidentes cuando su conservación y mantenimiento son deficientes.

3)      Asimismo, producen reacciones desfavorables en los usuarios.

Coordinación

Ahora centrémonos en los sistemas de coordinación de los semáforos a los que hicimos alusión en la entrega anterior.

Estos sistemas pueden, o no, estar sujetos a un control maestro. Por regla general, los semáforos de tiempo fijo (ya hemos explicado que son los más populares y se fijan asiduamente en un radio de 400 metros) que regulan las mismas condiciones de tráfico deben funcionar coordinadamente. Existen para este propósito, 4 sistemas básicos de coordinación:

1)      Sistema simultáneo: todos los señalizadores muestran la misma indicación aproximadamente  al mismo tiempo. Son especialmente útiles para aquellas intersecciones cercanas entre sí.

2)      Sistema alternado: los semáforos de intersecciones cercanas muestran indicaciones alternadas a lo largo de una ruta determinada.

3)      Sistema progresivo simple: se trata de varios semáforos sucesivos, a lo largo una calzada, que dan la indicación de luz verde permitiendo la llamada “onda verde”.

4)      Sistema progresivo flexible: con base en la variación de los volúmenes de tránsito y la selección velocidad adecuada para cada caso, es posible un movimiento continuo a lo largo una arteria.

 


La palabra semáforo es de origen griego y viene a  significar “el que lleva las señales”. Si existe algún tipo señalización totalmente internacional, ese es el señor de los tres colores. Está ubicado en la mayoría de las esquinas de las ciudades del mundo y el acatamiento de sus signos permite la correcta circulación colectiva y evita la posibilidad de accidentes de tránsito.

Son efectivamente dispositivos mecánicos de señales que se sitúan en las intersecciones, pasos de peatones y otros lugares para regular el tráfico de vehículos y el tránsito de peatones.

Los colores convencionales

No todos los semáforos son iguales: difieren en formas, tamaños y los elementos con que se componen varían de ciudad en ciudad. Sin embargo, los tres colores básicos característicos se repiten invariablemente en cada uno de ellos. Como todos sabemos, el color verde indica la posibilidad de movilizarse y avanzar, el amarillo marca precaución y transición entre la posibilidad de avanzar o detenerse; y por último, la luz indicadora roja enuncia la prohibición de avanzar. Este color, está asociado convencionalmente a una indicación clara y obligatoria.

Los destinatarios

Es muy importante entender que existen semáforos destinados a peatones y otros destinados a conductores. Por lo tanto, al momento de circular, cada persona que circule por la calle debe saber fehacientemente que hay señales que lo competen como otras que no. Es indispensable para la seguridad de todos, respetar siempre las órdenes de este efectivo señalizador.

También es sustancial entender que no todos los semáforos cuentan con la misma programación temporal. Existen cuatro sistemas básicos de coordinación internacional de semáforos de tiempo fijo (siempre dentro del estipulado rango de 400 metros o 4 cuadras aproximadamente), a saber: Sistema simultáneo, Sistema alternado, Sistema progresivo simple o limitado y Sistema progresivo flexible.

En una próxima entrega explicaremos en profundidad cada uno de estos tipos.