Seamos conductores, peatones o pasajeros, cada uno cumple su función en la vía pública. El 70/75% de los accidentes se producen por causas humanas, por eso es muy importante que tengamos en cuenta ciertas reglas básicas a la hora de conducir.
En primer lugar el conductor debe estar en perfectas condiciones físicas y mentales para poder tomar decisiones al volante. Por eso es muy importante no estar bajo los efectos de alcohol, drogas, medicamentos, estrés agudo o cansancio.
Algunas pautas a tener en cuenta
Estar siempre atento de las maniobras de los demás y en pleno estado de lucidez.
El tiempo de reacción normal de una persona ante el peligro suele variar desde ½ segundo hasta 2 y ½ segundos según la situación y esto se puede prolongar hasta más de 2 segundos en caso de letargo o somnolencia.
La velocidad es la principal causa que provoca la pérdida del dominio del vehículo, por lo que un instante de distracción puede resultar fatal si se va muy rápido, basta un estornudo para hacernos perder el control.
Adoptar una conducción preventiva significa:
Usar siempre el cinturón de seguridad y exigirlo de nuestros acompañantes.
Respetar las señales de tránsito.
Si circulamos de noche, reducir la velocidad para poder frenar ante imprevistos.
No encandilar, ni imitar esta conducta en represiva, dos conductores encandilados son doblemente riesgosos.
Si conducimos en descenso en montaña, bajar con la misma marcha con la que se subió, así evitaremos usar prolongadamente los frenos.
La fatiga solamente se pasa durmiendo, si sentimos sueño debemos detenernos y dormir.
Cuando sobrepasemos un vehículo, mantener la distancia necesaria.
Usar la fórmula de los “dos segundos”, si el vehículo que tenemos delante frena, es el tiempo que nos lleva la reacción, nunca debemos mantener una distancia menor a este tiempo.
Antes de emprender un viaje, asegurarnos de que el vehículo está en condiciones y con todo lo necesario.