Guatemala se encuentra en el tercer lugar de muertes por accidente de tráfico en su entorno. Siniestros que dejan, por ciento, en cuatro de cada cinco ocasiones heridos graves, e incluso personas con discapacidad permanente. Tales datos se recogen de un informe del Ministro de Gobernación, Mauricio Gómez Bonilla, recogido en la página web de “Prensalibre.com”.
educación vial
El motivo de tan alta cantidad de accidentes y de la gravedad de los sucesos se atribuye, según la mencionada web, a una mala educación vial. Es por eso por lo que se considera imprescindible comenzar enseñando y concienciando a los más pequeños, que serán quienes, en el futuro, hagan que estos hechos se reduzcan en número y gravedad.
Coordinar Tráfico y Educación
El Ministro ha asegurado que desde su área intentará coordinarse con la de Educación para que incluya en el plan de estudios una asignatura relacionada con la cultura y el respeto en la carretera.
Y es que las autoridades consideran que el tráfico es, cada día, anárquico en Guatemala. Un caos generado en buena parte por los conductores profesionales de transporte de pasajeros y de vehículos pesados.
Son entre doscientos y doscientos cincuenta los accidentes que ocurren cada mes porque, según el director del Departamento de Tránsito, Eduardo León, muchos pilotos desconocen el significado de las señales y, en más ocasiones aun, hacen caso omiso de las mismas. Otra de las causas de mayor incidencia es que muchos conductores no poseen la capacitación para serlo.
La clave, la educación
Es por tales motivos que se ha celebrado la Primera Feria Vial: se trata de que los estudiantes de todas las edades comiencen desde ahora a aprender el significado de las señales y a actuar ante ellas.
López Bonilla ha indicado que uno de los objetivos es convertir el Departamento de Tránsito en Dirección General de Tránsito, con la supervisión de cuarenta y tres policías municipales de esta área. Se esta forma además, podría controlarse el parque automovilístico y su estado.
Otro de los cambios que se propugna desde el ministerio es el legal: dictar leyes más estrictas que puedan retirar, de ser preciso, el carnet de conducir de quienes cometan faltas especialmente graves.