La velocidad que pueden desarrollar los conductores a lo largo de la vía está estrechamente relacionada con la geometría del trazado, por lo que es un factor básico a tener en cuenta en la concepción de vías.
La velocidad específica de un tramo de la vía es la máxima velocidad que puede mantenerse a lo largo de dicho tramo, considerado aisladamente, en condiciones de comodidad y seguridad, cuando encontrándose el pavimento seco y los neumáticos en buen estado, las condiciones meteorológicas, del tráfico y legales son tales que no imponen limitaciones a la velocidad.
La velocidad de proyecto de un tramo es aquella que permite definir las características geométricas mínimas de los elementos del trazado, en condiciones de comodidad y seguridad, es decir, es la mínima de las velocidades específicas de los elementos del tramo. Esta es la velocidad que se selecciona y aplica para lograr velocidad uniforme a lo largo del tramo, seleccionada en función de la clase de carretera, la orografía y el entorno. Esta velocidad determina los radios mínimos, así como el peralte de las curvas y la visibilidad necesaria.
Las características de las vías influyen en la accidentalidad: en vías convencionales y en zona urbana es donde más siniestros ocurren por sobrepasar los límites de velocidad. En tramos rectos es donde ocurren más accidentes por exceso de velocidad y en curvas los accidentes se deben fundamentalmente a llevar una velocidad inadecuada.
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Javier Merino
Profesor de Formación Vial