Cuando la urgencia es originada por un particular, mientras este conduce deberá advertir su presencia con el claxon en forma intermitente o agitando un pañuelo. Ni que decir tiene que, tendremos que aportar nuestra ayuda a tan desesperante situación. ¿Cómo? Pues facilitándoles el paso como si de un vehículo prioritario se tratara.
El conductor del vehículo en servicio de urgencia, ya sea particular o profesional, tiene que advertir sin sorprender para que los demás conductores puedan localizar por donde se aproxima el vehículo prioritario, poder comprender y actuar tomando las medidas adecuadas para facilitar el paso acorde a las circunstancias del lugar y del momento. Sólo si el desplazamiento se hace ordenadamente, la vía será un lugar de convivencia entre todos los usuarios de la misma.
Como usuarios de la vía, no quiero pasar por alto la obligación que tienen los vehículos no prioritarios en servicio de urgencia de cumplir con las instrucciones e indicaciones de los agentes, así como también todas las señales verticales y marcas viales existentes en la vía.
El conductor de un vehículo en servicio de urgencia puede ser requerido en cualquier momento por los agentes de la autoridad que podrán exigir la justificación de tales circunstancias.
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Javier Merino
Profesor de Formación Vial