Además del empleo de símbolos o iconos que marcan el trayecto, es muy común que haya una buena parte de la señalización que contenga información escrita. En este sentido es interesante ver de qué manera se elige el idioma o los idiomas en los que se expresan las indicaciones de estos carteles.
Señalizar de manera bilingüe o plurilingüe es una práctica de lo más común que se utiliza por varias razones. En espacios de mucho tráfico internacional, con caudales amplios de turismo, se suele utilizar una señalización en, por lo menos, dos idiomas junto con iconos de fácil entendimiento. Es muy corriente encontrar este tipo de señalizaciones en espacios tales como aeropuertos y espacios aledaños, puertos o terminales de autobús, restaurantes o zonas de recreo turísticas.
Otro de los casos que también es muy común de señalización bilingüe es el que respecta a zonas donde conviven lenguas minoritarias junto con la lengua oficial. Ampliar la señalización teniendo en cuenta lenguas con menor cantidad de hablantes es un gesto social interesante que tiende a la comprensión y a la inclusión.
En España, por ejemplo, hay tres disposiciones de señalización bilingüe diferentes. Éstas son las zonas de ámbito del catalán, vasco y gallego. Respecto a las primeras de las opciones pueden mencionarse las comunidades de Cataluña, Islas Baleares y la Comunidad Valenciana. En el segundo de los casos, cuentan con esta disposición de señales bilingües el País Vasco y un sector de Navarra. Por último, conviven el español y el gallego en Galicia.
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Javier Merino
Profesor de Formación Vial