La fractura es la rotura de un hueso, los síntomas que hacen sospechar la fractura son: deformidad, acortamiento, hematomas, etc. Como norma general actuaremos impidiendo que el accidentado realice cualquier tipo de movimiento e inmovilizaremos el miembro o zona afectada con tablas, tablillas, cartones duros, etc. Si sospechamos que la fractura es en la columna vertebral inmovilizaremos el cuello con un collarín evitando moverlo.
Si la fuerza traumática es de poca intensidad, la fractura producida puede ser poco perceptible. En este caso se suele hablar de fisura o fractura de trazo capilar. Si el rasgo de la fractura secciona el hueso, es completa, y si se produce un desplazamiento de alguno de los huesos de denomina fractura con desplazamiento, la cual implica complicadas operaciones para su cura. En el caso de que la sección del hueso no llegue a ser total, se denomina fractura incompleta.
Las fracturas pueden ser:
– Abiertas: El hueso perfora la piel quedándose fuera.
– Cerradas: El hueso no rompe la piel y por lo tanto no sale al exterior.
Las fracturas en niños tienen varias características que las distinguen de las que se presentan en adultos. En comparación con el hueso maduro de los adultos, el hueso en crecimiento tiene un coeficiente de elasticidad mayor, debido a su particular composición histológica. Esta elasticidad condiciona la aparición de fracturas que no se acompañan de ruptura completa del hueso en el foco de fractura. Debido a que no existe una ruptura completa, los síntomas observados en muchas fracturas en niños suelen ser de menor intensidad que los que se ven en adultos.
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Javier Merino
Profesor de Formación Vial